Coqueza es el punto desde el que arranca la ascensión al mítico volcán Thunupa que, según la leyenda, con su leche y sus lágrimas dio lugar al fantástico Salar de Uyuni. Un poco más arriba del pueblo, en la ladera de la montaña, se han encontrado muchos restos de civilizaciones preincaicas.


“Las momias de Coqueza” no se han movido desde hace más de 500 años, cuando allí les sorprendió la muerte. Se trata de una pequeña familia de 4 personas y un poco separadas de ella otras dos más. Conservan casi intactos parte de la piel, el pelo y las uñas, así como restos de los mantos con los que se protegían del frío seco del Altiplano boliviano. A su alrededor tienen utensilios y vasijas. También les han dejado hojas de coca que aún están verdes. Los pobladores todavía les rinden culto con ese tipo de ofrendas. La cueva se mantiene en total oscuridad para evitar que la luz y el viento las deteriore. Verlas “en vivo”, con sus ropas y cabellos, resulta estremecedor y nos hace retroceder en el tiempo hasta la primitiva América precolombina.
El guía asegura que los restos humanos están tal cual fueron encontrados y que no se conoce la causa de la muerte aunque se supone que podría haber sido una ola de frío que les mantuvo allí atrapados sin poder salir de la cueva hasta que murieron congelados.
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