Parece demostrado que se debe a Neil Armstrong el que este lugar se llame Valle de la luna. El astronauta visitó La Paz en el año 1969 después de viajar a la Luna. Al parecer, cuando pasaba por la zona para jugar un partido en el campo de golf que hay en las proximidades, apreció la similitud que existía con el paisaje que había podido apreciar en el viaje espacial, por lo que decidió nombrarlo así.
Construido íntegramente por la mano maestra de la naturaleza, el Valle de la Luna es un lugar muy llamativo. La erosión ha ido haciendo un trabajo preciso de modelado durante siglos para darle al paisaje el aspecto sorprendente que presenta. De otro planeta, de ahí su nombre.
No hay mucho que contar con palabras de este lugar increíble, hay que disfrutarlo.
En el paraje se aprecian curiosas terminaciones rocosas que, en cierto modo, recuerdan a esas formaciones geológicas únicas llamadas chimeneas de las hadas de la Capadocia turca.
En estas montañas de alrededor de La Paz, la arcilla contiene minerales diferentes que les proporciona colores variados, pasando del blanquecino al violeta y por toda la gama de marrones, tierras y rojizos.
La del Valle de la Luna es una excursión que permite disfrutar de un extraño paisaje semidesértico salpicado de picos rocosos, chimeneas y cactus que vale la pena conocer.
El Valle de la Luna es una zona en la que la erosión ha ido desbastando las capas más superficiales de una montaña, arrastrando las partes arcillosas más débiles y descarnando la roca. Con el paso de los siglos los elementos naturales han creado una obra de arte geológica parecida a un desierto de estalagmitas.
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